Durante
muchos años fueron sede de las actividades culturales y sociales más
importantes de las ciudades bonaerenses. A partir de la decreciente
participación de las generaciones post inmigratorias de las asociaciones de las
colectividades, de las reiteradas crisis económicas, de la ausencia del Estado
estos teatros sufrieron el deterioro progresivo, la pérdida de sus funciones
originales y el cierre definitivo. Los
teatros de gestión municipal padecieron en su mayoría el mismo proceso.
Desde
la recuperación de la democracia los estados municipales, provinciales y
nacional fueron diseñando diversas estrategias para la recuperación
patrimonial, la reapertura de aquellos teatros históricos y la construcción de
nuevos espacios, siendo estos últimos nueve años el período de mayor inversión
y esfuerzo estatal en este campo.
A
partir de un primer relevamiento, que abarca el 60% del total de salas, se
desprende que: el 21% de los teatros tienen hasta 200 butacas, el 39% poseen entre 200 y 400 y el restante
40% más de 400; el 77% de los teatros según su autopercepción poseen un buen
estado edilicio, el 21 % un estado regular y solo el 2% ser perciben como en
mal estado. La mayoría no cuentan con equipos específicos de gestión y técnicos
profesionalizados, tampoco existen instancias que favorezcan la articulación
entre si, imposibilitando un mayor aprovechamiento de los recursos y
potencialidades que brinda la
Provincia , tanto en su oferta artística como de los procesos
de cooperación posibles.
Desde
esta perspectiva surge 